El dragón

A mi hermano cuando era pequeño le encantaban los dinosaurios. Pero no un poquito, sino mucho mucho. Se lo sabía todo acerca de ellos y podía con muy poquitos años de edad corregirle a cualquiera que se equivocara al nombrarlos. Era muy divertido verlo. Luego creció y cambió a los dinosaurios por dragones, porque seamos sinceros, los dragones molan. Para mí son como dinosaurios que escupen fuego por la boca.

Bueno, todos menos estos. 

Estos dragones no escupen fuego, comen lechuga.

Sí, comen lechuga y luego la escupen (después de una siesta corta). Dentro de cada tienda. Así.

Esta es la forma de darle buen augurio de prosperidad para el año entrante.

Estos dragones tienen piernas danzantes.



Tampoco dan miedo, y eso que tienen esas cosas que le salen hacia afuera y cuerpo como de serpiente.

Así se celebra en el barrio chino (Chinatown) de Londres el año nuevo chino. Montones de dragones salen a bailar a la calle a ritmo de tambores y platillos. 

Y uno no puede evitar el bailar a ritmo de dragón. A fin de cuentas, es año nuevo y eso ¡se celebra a lo grande!



Los dragones van solos o en grupo. Se paran en cada tienda, donde les han dejado una lechuga colgando del marco de la puerta para que se la coman. Antes de comerse la lechuga bailan. Luego se echan la siesta. Cuando han digerido la lechuga les da un subidón de adrenalina y se ponen a bailar y a saltar como locos. Escupen restos de lechuga en cada tienda y siguen su camino hacia la siguiente tienda.

Los dragones están muy ocupados en año nuevo. Esperamos que este sea un año de sabiduría y que nos traiga a todos cosas muy muy buenas.

¡Felíz año nuevo del dragón!

P.S: Llevo semanas intentando acabar este post, pero fue imposible hasta hoy! Parece que el año del dragón empezó con energía... ¡si tan solo pudiéramos seguirle el ritmo!